En un periodo de estrés académico como suelen ser estas fechas para los universitarios que se encuentran afrontando los exámenes del primer cuatrimestre, resulta difícil imaginar que haya estudiantes que combinen jornadas de biblioteca, apuntes y horas de estudio con la preparación exigente y disciplinada que requiere el deporte de élite. ¿Es posible sacar adelante una carrera universitaria mientras se preparan unos Juegos Olímpicos? ¿Cómo combinar las prácticas con campeonatos? Hemos querido conocer de primera mano cómo es el día a día de un deportista de élite de la Universidad de Sevilla, que en estas fechas anda compaginando su vida académica con la exigencia de su carrera deportiva.

El sevillano Paco Gaviño representará a España en los próximos Juegos Olímpicos de Tokio 2020 con su yegua anglo-árabe ‘Source de la Faye’ en la modalidad de Hípica. Con 22 años prepara este gran reto mientras hace malabares con su agenda para su otra gran dedicación: la carrera de Farmacia. Nos asegura que “tiene que gustarte mucho lo que haces” para que puedas abarcar todo.

Gaviño, que lleva desde los 14 años como deportista de élite, tiene claro que quiere acabar sus estudios y está sacando la carrera a curso por año. Aunque su futuro en la Hípica es prometedor, asegura que no quiere que su vida dependa del mundo del caballo en exclusividad: “es por eso que estoy estudiando, quiero tener una salida profesional aparte de la deportiva”. Para él merece la pena el esfuerzo sin tener que renunciar a sus dos vocaciones.

Lo más complicado es organizar su agenda, según nos comenta, que planifica con exhaustividad: “compito dos semanas al mes, casi siempre fuera de Sevilla y de España, lo que implica mucha dificultad de calendario con prácticas o mover fechas de exámenes”. Es por ello que señala la importancia de sentirse respaldado por la universidad que le aporta soluciones para poder cumplir su agenda deportiva y realizar sus exámenes o prácticas.

Su rutina está marcada por la disciplina: “entreno toda la mañana desde las ocho y media al mediodía, luego voy a clase y me quedo estudiando en la biblioteca. Todo se complica un poco cuando tengo prácticas que empiezan a las 9 y no puedo dejar de lado el entrenamiento. En esos casos, duermo prácticamente al lado de la cuadra. Además a todo esto hay que sumarle las horas de dedicación de seminarios, trabajos, etcétera”. Sin duda, Gaviño es un ejemplo e impulso para los estudiantes que busquen la motivación y un referente para combinar deporte y vida académica.